jueves, 6 de marzo de 2008


Escultura asiria
El arte asirio, muy parco en
estatuas, abunda en relieves sobre piezas de mármol y alabastro. En ellos, se exagera la robustez de la musculatura humana que se imitó del arte caldeo. Los personajes de distinción y los genios o dioses llevan grandes barbas con rizos escalonados (de los cuales ya hubo algún ejemplar de pequeñas estatuas mitológicas y de relieves en el arte caldeo) mientras que los eunucos o servidores del rey se presentan sin barba y todos con trajes talares o, por lo menos, hasta la rodilla ostentando grandes flecos o franjas en los bordes de la vestimenta. Son también característicos del arte asirio (y del persa que le sucedió) las androsfinges o toros y leones con cabeza humana que tuvieron ya sus antecedentes en algún pequeño ejemplar mitológico del arte caldeo. Se constituyen por miembros de toro, león y águila con cara de hombre, los seres vivos más fuertes del mundo conocido y se colocaban a los lados de las puertas de los palacios reales.
Los monumentos más antiguos que se conocen del arte asirio son bajorelieves de
Tiglathpilesser I y los más acabados corresponden a la época de Asshurbanípal (Sardanápalo II, siglo VII a.C.) que fue el siglo de oro del arte mencionado. Los principales entre estos monumentos asirios se hallan en el Museo Británico (los leones heridos, el obelisco de Salmanasar II, etc.) no faltando buenos ejemplares en el Louvre (toros androcéfalos y los relieves de Sargón, etc.)

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